Existe un truco realmente ingenioso y muy útil para limpiar en profundidad el utensilio que utilizamos para lavar los suelos: hablamos de la sal en la fregona. Esta es una técnica realmente sorprendente, ¡veámosla en detalle!

Sal en la fregona: ¿por qué usarla?

No pocas veces, al utilizar trapos para realizar diversas tareas de limpieza en la casa, nos olvidamos de higienizarlos. Este es un error importante, ya que podrías tener el efecto contrario y ensuciar aún más tu hogar.

La actividad de utilizar sal en la fregona cae precisamente en este contexto. Esta es una operación que permite eliminar gérmenes y bacterias de la fregona: sí, porque si por un lado la fregona es muy útil y cómoda, también puede ser una masa de bacterias y gérmenes si no se higieniza periódicamente.

Sal en la fregona: cómo usarla

¿Pero cómo utilizar la sal en la fregona ? En primer lugar hay que decir que nunca se debe dejar la fregona en el cubo con agua sucia: esto daría lugar a una serie de gérmenes y bacterias, además de un olor insoportable.

Algunos limpian con lejía, otros con bicarbonato de sodio, pero nuestro consejo es utilizar sal en su lugar. Este remedio, económico y muy práctico, parece casi milagroso. Simplemente utiliza una cucharada de sal en la fregona, añade aproximadamente un litro de agua al cubo y luego déjala reposar durante una hora .

La sal gruesa se utiliza desde hace siglos para esterilizar superficies y objetos. En realidad, es la combinación de sal y agua la que crea una acción osmótica que consigue matar las bacterias en un abrir y cerrar de ojos.

La sal es sin duda una solución muy económica y práctica para limpiar la fregona.

Otros remedios

Para limpiar la fregona, como ya hemos comentado, existen otros remedios. Por ejemplo, algunas personas también vierten el jugo de un par de limones además de la sal, luego remojan los trapos y toda la fregona durante un par de horas.

Otros encuentran útil aprovechar la acción del bicarbonato de sodio, combinado con sal; mientras que incluso hay quienes utilizan infusiones y aceites como el aceite de árbol de té. Es una solución particular que tiene propiedades antibacterianas y logra eliminar los malos olores en poco tiempo. Simplemente procede de la misma manera, vertiendo la solución en el balde y dejando todo en remojo durante al menos una hora.

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