El papel de aluminio en el congelador, el que usamos para envolver y almacenar los alimentos, puede ayudarnos a ahorrar consumo en nuestras facturas.
¿Cómo es esto posible? ¡Te lo explicamos!
El papel de aluminio en el congelador le ahorra energía y 0 humedad: el método que funciona
El papel de aluminio en el congelador es un truco brillante, ¡pero ciertamente no se transmite desde la antigüedad! Eso sí, es un truco de las abuelas más jóvenes. El advenimiento del refrigerador, de hecho, es reciente, a partir de mediados del siglo pasado. En el auge económico de la década de 50, las familias italianas pudieron disfrutar gradualmente de este innovador y decisivo aparato para la conservación de alimentos.
Un salto significativo en la calidad en comparación con las neveras de las bodegas también ha agudizado el ingenio.
¿Porque? ¡Sencillo! Dado que los primeros elementos calefactores no eran tan buenos como los actuales, la formación de escarcha era realmente importante, tanto que obstruía el compartimento, cubría los alimentos en el congelador e impedía un funcionamiento óptimo. Las abuelas modernas, entonces, eran niñas y observaban a sus madres mientras dominaban el uso del papel de aluminio para resolver el problema.
¡Veamos cómo!
Cómo usar correctamente el papel de aluminio
Para garantizar un rendimiento óptimo sin afectar la factura de electricidad, un refrigerador y congelador deben estar libres de escarcha y humedad. Es este último, de hecho, el que conduce a la formación de una capa de hielo que puede fatigar el motor del aparato, empujándolo a absorber cada vez más energía para funcionar correctamente.
Para evitar que esto suceda, si nuestro congelador no está equipado con una función de autodescongelación, primero debemos liberarlo de las heladas. Desconéctelo, vacíelo por completo e inserte un recipiente con agua hirviendo. Cerramos la puerta, colocamos unos trapos en el suelo y al cabo de una hora, la volvemos a abrir, volviéndola a abrir con cuidado. Ahora el hielo se derretirá casi por completo o será fácil de despegar de las paredes.
Séquelos con cuidado, luego cúbralos con papel de aluminio. Actuará como aislante, evitando la formación de humedad y, en consecuencia, heladas.
Al final de estas operaciones, vuelva a colocar el enchufe: notará que el congelador comenzará a funcionar correctamente nuevamente con un impacto mucho menor en el consumo también. ¡Tu comida estará bien conservada y tu billetera estará segura!
Brillante, ¿verdad?