Entre los electrodomésticos que utilizamos casi a diario en casa, la lavadora probablemente sea uno de los más útiles. Es una herramienta que ahora se ha vuelto necesaria para lavar nuestra ropa y más, en poco tiempo y ciertamente de manera más eficiente que en el pasado. Hoy en día, imaginar una casa sin lavadora probablemente sea casi una utopía. Por estos motivos, es fundamental intentar mantener siempre este electrodoméstico eficiente, con las precauciones necesarias. Veamos cuáles.
Errores comunes al usar la lavadora
Hay una serie de errores muy comunes que cometen muchas personas a la hora de utilizar la lavadora. Muchos de ellos se refieren a comportamientos que aparentemente parecen inofensivos, pero que resultan ser muy dañinos. ¿Un ejemplo claro? El hecho de no cerrar las cremalleras. Si bien por un lado siempre se ha creído que al cerrar la cremallera se corría el riesgo de dañar el mecanismo durante el lavado, también es cierto que las cremalleras abiertas pueden quedar atrapadas en otras prendas y deslizarse irreparablemente.
Otro grave error es dejar residuos de detergente en los compartimentos previstos para ello. ¡Estos pueden provocar no sólo la presencia de olores molestos, sino incluso la aparición de moho que es peligroso para nuestra salud! Por último, recordamos que debemos evitar dejar el tambor cerrado después de utilizar la lavadora: de esta forma sólo favoreceremos la formación de bacterias y sobre todo moho, gracias a la humedad creada.
¡Otros errores aún más graves!
Luego hay otros errores aún más graves que conviene evitar al utilizar la lavadora. En concreto, nos referimos a dos errores básicos: el primero de ellos se refiere al uso de demasiado detergente . En este caso lo único que haremos será que la lavadora no funcione correctamente, concretamente se crearán sedimentos que luego permanecerán allí durante mucho tiempo. Se aconseja utilizar detergente en polvo, no líquido, que se puede introducir en el cesto mediante el dosificador.
Otro error grave y aún más grave es olvidar realizar el mantenimiento periódico del aparato . No comprobar la limpieza de las tuberías, así como del desagüe y de las juntas, tarde o temprano provocará daños graves y el desembolso económico será seguramente mayor. Un poco como ocurre con los coches, si no realizamos controles periódicos, una especie de inspección periódica, sólo nos encontraremos con sorpresas desagradables.