La poda del olivo es una operación muy delicada pero indispensable, si quieres tener una buena cosecha: aquí están todas las técnicas para conocer absolutamente

Símbolo de paz y renacimiento, el olivo es una planta que crece exuberante en nuestro país, siendo típico de las zonas mediterráneas. De sus frutos, las aceitunas, se obtiene uno de los mejores y más versátiles productos del mundo: el aceite de oliva virgen extra. Los italianos somos grandes productores, tanto es así que este precioso oro verde es sin duda una de las excelencias de nuestro territorio. ¿Quieres cultivar algunos olivos también? Sin miedo: es más fácil de lo que parece. Pero debemos prestar atención a la poda, que es quizás el momento más delicado. Veamos cómo hacerlo.

Olivo, las características de la planta

El olivo (científicamente llamado Olea europaea) es un árbol frutal perteneciente a la familia Oleaceae, que incluye arbustos y plantas ornamentales como el fresno y   el jazmín.  Sus orígenes son inciertos: se cree que tiene raíces en Asia Menor, donde el olivo silvestre crece silvestre en frondosos bosques desde la antigüedad. La planta se extendió entonces en Grecia y, más tarde, en toda la zona mediterránea, donde ahora se cultiva con fines alimentarios (tanto para el consumo de aceitunas como para la producción de aceite de oliva virgen extra).

Es un árbol de hoja perenne con crecimiento lento, dado que su fructificación comienza solo 3/4 años después de la plantación y alcanza su punto máximo después de al menos 9/10 años. También es muy longevo, ya que, en condiciones climáticas ideales, puede vivir más de mil años. Sus hojas son lanceoladas, de color blanco plateado en la página inferior (donde tienen un plumón grueso) y de color verde oscuro intenso en la parte superior. Hacia el final de la primavera, la planta florece: es un alboroto de pequeñas flores blancas, que ofrece un espectáculo maravilloso.

El fruto es una drupa carnosa llamada aceituna: hay muchas variedades, todas ricas en interesantes propiedades nutricionales. En general, de hecho, las  aceitunas  aportan cantidades importantes de ácidos grasos omega 3 y omega 6, útiles para la salud cardiovascular, y antioxidantes, que reducen el riesgo de desarrollar muchas enfermedades. Del prensado de los frutos, se obtiene aceite de oliva virgen extra :  utilizado como condimento, es la base de la famosa Dieta Mediterránea y aromatiza cualquier plato, aportando nutrientes preciosos al cuerpo.

Cuándo podar el olivo

Enlos olivares, la poda es una de las operaciones más importantes. Por lo tanto, es esencial saber cómo y cuándo realizarlo: cada intervención debe estar dirigida al bienestar de la planta, y debe practicarse de la mejor manera. Veamos en primer lugar cuál es el momento adecuado para podar. Hay que decir inmediatamente que no existe una regla general que se adapte a todos los olivares: los tiempos cambian según el clima y la región geográfica en la que se encuentre. Sin embargo, los mejores meses para hacer los recortes se pueden identificar en principio.

Una primera intervención, llamada poda en seco, debe llevarse a cabo entre finales de invierno y principios de primavera (es decir, entre los meses de febrero y abril). Es la operación principal, que debe practicarse cuando la planta está en reposo vegetativo, antes de una nueva floración. En las regiones más cálidas, la poda se puede anticipar en enero o febrero, mientras que en el norte de Italia es mejor esperar a abril o mayo: el olivo es de hecho una planta muy resistente, pero teme que el frío y sus cortes puedan exponerlo a enfermedades, si se lleva a cabo en condiciones climáticas desfavorables.

Si es necesario, puede realizar una segunda poda (llamada poda en verde) durante la temporada de verano: sin embargo, esta intervención debe reducirse al mínimo necesario. Su propósito es eliminar cualquier rama muerta o gravemente enferma, pero también eliminar retoños y retoños, que podrían dañar la planta y su cultivo. Lo que debes evitar absolutamente es una poda temprana, o en los meses de noviembre y diciembre, porque podría despertar al árbol durante su fase de reposo.

Cómo podar el olivo

Hemos visto cuándo podar el olivo, ahora solo nos queda averiguar cuáles son las técnicas más útiles para realizar los cortes. En primer lugar, debe recordarse que cada “cicatriz” expone a la planta a posibles enfermedades: por esta razón es importante que utilice herramientas limpias y bien protegidas, en excelente estado de mantenimiento. También tendrás que tener cuidado de nunca arruinar la corteza, que protege a la planta de plagas y hongos. En cuanto al tipo de cortes a realizar, estos difieren según la edad del olivo.

Poda de cría

En los primeros años después de plantar la planta, es importante intervenir con cortes periódicos que le den la forma correcta. Este tipo de operación se denomina poda de cría, y se suele realizar hasta el tercer o cuarto año de vida del olivo. ¿Cómo se practica? En primer lugar, inmediatamente después de plantar su planta, corte la varilla a unos 60/70 cm del suelo. Es de esto que nacerán las ramas principales: seleccione tres o cuatro de las más robustas y vigorosas, eliminando las más débiles que solo restarían nutrientes preciosos del árbol.

En los años siguientes al primero, su olivo irá adquiriendo gradualmente la forma que haya elegido. En este período de su vida, la planta desarrolla un follaje exuberante que tendrás que mantener bajo control, para evitar que las ramas se entrelazen entre sí o salgan de la forma del árbol. Durante la poda, entonces, los cortes deben reducirse al mínimo. Tras fijar la estructura básica del olivo, solo tendrás que eliminar los retoños y retoños, o las ramas verticales que surjan en el tronco o ramas.

Poda de producción

Alrededor del cuarto año de vida, el olivo comienza a dar frutos. Es en este punto cuando comenzamos con una poda constante, realizada a finales de invierno (o en primavera, dependiendo de la región geográfica). En este caso, hablamos de poda de producción: los cortes ya no están dirigidos a dar forma a la planta, sino a hacerla lo más fructífera posible. Para lograr esto, primero debe asegurarse de que el follaje continúe creciendo exuberantemente, mientras mantiene el equilibrio adecuado.

Así que ve y elimina esas ramas que se cruzan y las que permanecen perpetuamente a la sombra: en realidad no son productivas, pero aún así van a eliminar nutrientes del resto de la planta. De esta manera, permitirá que la luz solar y el aire circulen bien dentro del follaje, vigorizando el olivo. También es importante reducir el exceso de producción, que podría dar lugar al fenómeno de la alternancia (es decir, un año particularmente rico en aceitunas, seguido de una temporada muy pobre).