No hay nada que hacer, los remedios de nuestros abuelos son siempre los más eficaces. Con solo un diente de ajo y un poco de café crearon un milagro, de eso se trata.
Los remedios antiguos y los trucos y métodos antiguos siempre resultan ser los mejores. Nuestros antepasados disfrutaban de una armonía con la naturaleza con la que la mayoría de nosotros hoy sólo podemos soñar. Trabajaron de muchas maneras diferentes para conseguir lo que querían. Hoy te hablamos de una forma de disfrutar de una fuente potencialmente infinita de ajo directamente en tu propia casa . ¿A quién no le gustaría tener una fuente constante de ajo en casa? Hay una manera de conseguirlo y te la explicamos en el siguiente artículo.
Un ingrediente muy querido
En la cocina italiana, es decir, la mediterránea, el ajo representa uno de los grandes protagonistas. Hay muchos platos que no serían iguales sin la adición de este ingrediente. Aunque hay una buena parte de gente a la que no le gusta, es un ingrediente que tiene el poder de enriquecer nuestros platos aportándoles un sabor excepcional. Además de su sabroso aroma, el ajo tiene importantes propiedades beneficiosas.
De hecho, es una excelente fuente de antioxidantes y no solo eso: el ajo, desde el punto de vista químico, posee la molécula llamada alicina. La alicina tiene propiedades antibacterianas, antivirales y antifúngicas. Otro beneficio de esta molécula es la reducción de la presión arterial : la salud cardiovascular gracias. En definitiva, un auténtico regalo que la naturaleza ha decidido hacernos.
Podemos utilizar el ajo como base de un salteado, como ingrediente para enriquecer ensaladas y sopas o como protagonista de un plato. Se pueden crear excelentes cremas para condimentar varios platos o para untar en bruschetta. Una infinidad de recetas excelentes . ¡Ahora veamos cómo podemos crear una fuente potencialmente infinita de ajo!
Combina un poco de café con un diente de ajo, eso es lo que pasa
Para poder darle vida a una planta de ajo debemos, en primer lugar, obtener un diente de la misma. Debe ser un diente que no tenga el más mínimo rastro de moho y que tenga más de un bulbo. De hecho, de cada bulbo presente puede crecer una planta . Evitemos elegir dientes demasiado pequeños: es muy difícil que una planta crezca a partir de ellos. La época más favorable para realizar esta operación es la mitad de temporada: en primavera u otoño.
Después de haber elegido cuidadosamente los mejores gajos, debemos mantenerlos sumergidos en agua durante al menos un día entero . Pasadas veinticuatro horas podemos proceder a introducir los bulbos en el suelo. La tierra debe ser de buena calidad, y debemos añadirle un poco de café. No café líquido, sino molido en polvo . Combinar los posos del café con tierra significa otorgarle excelentes propiedades nutricionales. Colocamos los bulbos a diez centímetros de distancia entre sí y regamos abundantemente.
La maceta debe colocarse bajo la luz solar directa pero debemos tener cuidado de mantener la tierra siempre húmeda hasta que aparezcan los primeros brotes. Con un poco de paciencia y cuidados, dentro de unos meses tu planta dará vida a los dientes de ajo . La recolección sólo se podrá realizar cuando el ajo tenga la tripa muy seca.