El baño es uno de los lugares que más necesitan higiene diaria y el asiento amarillento del inodoro ciertamente no es síntoma de una atención precisa.

Sucede, sin embargo, que con el tiempo, el desgaste y demasiadas distracciones, la superficie no se presenta adecuadamente, comprometiendo por completo nuestros esfuerzos.

La apariencia descuidada, entonces, se refiere inmediatamente a la idea de que los gérmenes y las bacterias están presentes y acechan justo donde debería ser profunda la limpieza.

¿Cómo solucionarlo? Si es cierto que podemos encontrar todo tipo de productos en el mercado, también lo es el hecho de que contengan sustancias tóxicas para nosotros y para el medio ambiente. Dado que se trata de una zona en la que se requiere y se recomienda el enjuague, es fácil entender que los residuos nocivos acaben en las aguas residuales y de ahí en los ríos y mares, comprometiendo la supervivencia de la flora y fauna acuática.

Sería mejor utilizar solo remedios naturales y ecológicos. ¡En la despensa ya tenemos todo lo necesario para desinfectar y hacer que tu baño brille como nunca!

Asiento de inodoro amarillento, con respaldo de 2 ingredientes blanco y brillante

Asiento de inodoro amarillento, con respaldo de 2 ingredientes blanco y brillante

Para eliminar el halo amarillo en el asiento del inodoro, podemos utilizar productos baratos y efectivos que, sin coste alguno, solucionarán cualquier problema garantizándonos una higiene profunda.

De hecho, el vinagre y el bicarbonato de sodio, bien dosificados, son suficientes para limpiar el inodoro de incrustaciones y derrotar gérmenes y bacterias. ¡Sin frotar!

Comenzamos pasando un producto antibacteriano y desinfectante en la tableta, luego preparamos nuestra mezcla. Vierta el bicarbonato de sodio en un bol, luego agregue agua poco a poco, hasta obtener una pasta similar a un gel. Con un paño húmedo, extiéndelo sobre las manchas y déjalo actuar durante unos diez minutos. Mientras tanto, vierte un poco de vinagre blanco en una botella de spray vacía y limpia. Una vez transcurrido el tiempo de procesamiento, rocíalo a lo largo de toda la barra y limpia con una esponja. Enjuague con un paño húmedo y seque bien.

¡Con el mínimo esfuerzo, habremos conseguido el máximo resultado! El inodoro brillará y no quedará ni la sombra de los halos amarillentos.

¡Brillante y económico!