Desafortunadamente, a menudo se notan arañazos en el acero. En nuestros hogares, este material es omnipresente: estufa, fregadero, grifos, todo brilla y vuelve a brillar cuando es nuevo.
Pero desde los primeros usos, se pueden notar las zonas dañadas.
El acero es una aleación de hierro y carbono y es, con diferencia, el metal más utilizado, el más fácil de moldear y uno de los más resistentes, pero también uno de los que más fácilmente se daña.
Por lo tanto, debe tratarse con precaución. No utilice esponjas abrasivas ni detergentes demasiado agresivos.
No lo deje en contacto con sustancias cáusticas y corrosivas como coca-cola, tomate, sal, jugo de tomate o limón,
Límpialo con un detergente neutro, enjuágalo y sécalo con un paño de microfibra.
Pero, ¿y si el daño ya está hecho? ¡Arréglalo así!

Arañazos en el acero: los remedios que poca gente conoce
Si los arañazos en el acero son pequeños, intente aplicar un poco de aceite vegetal, luego frote con papel de casa y pula con un paño suave.
Cuando, por el contrario, el daño es causado por agua demasiado calcárea, entonces es mejor humedecer los paños de cocina con vinagre blanco y dejarlos actuar durante una hora o más. Pasado el tiempo necesario para la instalación, enjuague la superficie y séquela con un paño.
También puede tratar el acero con la pasta que usan los pintores de automóviles. Extienda una nuez pequeña en una bola de algodón y frote suavemente. Las partículas abrasivas, en este caso, actúan como una lima y suavizarán las irregularidades. A continuación, pulir con un paño suave como siempre. Esta fase es muy importante para recuperar el brillo y siempre debe repetirse al final de cada operación.
Por último, prueba la pasta de dientes. Puede parecer una solución original y sui generis, pero te sorprenderá. Nunca debe usarse puro. Dilúyelo con un poco de agua para ablandarlo, luego frota la mezcla con un paño de microfibra. Pruébalo en ollas, fregaderos, grifos. Notarás que los rasguños se desvanecerán inmediatamente, continúa hasta que se desvanezcan, luego enjuaga, seca y pule.
¡Y todo volverá a brillar!
